Análisis cerebral del Swing

Cuando jugamos al golf, muchas áreas de nuestro cerebro se activan para coordinar los movimientos, tomar decisiones y concentrarnos en la ejecución. Conocer las regiones cerebrales que intervienen, interiorizarlas y aprender sus times, puede hacer que nuestro juego mejore al comprender y gestionar la información desde la percepción de la orden del movimiento hasta su ejecución, la emoción y los estados de recompensa o frustración.
De igual manera podemos hacer ejercicios de similitud con situaciones cotidianas quitando presión al compararlas con el juego.
1. Planificación y toma de decisiones
- Corteza prefrontal: Esta área es clave para la planificación de la estrategia, la selección de palos y la toma de decisiones en cada golpe. Es responsable de evaluar factores como la distancia, la dirección del viento y los obstáculos en el campo, así como para determinar la fuerza y la precisión necesarias.
2. Coordinación motora
- Corteza motora primaria y secundaria: Controlan los movimientos del cuerpo, desde la postura hasta la ejecución del swing. La corteza motora primaria se activa para enviar señales a los músculos responsables del movimiento preciso de los brazos, manos y cuerpo durante el golpe. La información se tarda aproximadamente un segundo desde que llega la información al cerebro profundo hasta llegar a la corteza prefrontal y posteriormente al sistema musculoesquelético para su ejecución, por eso es importante la pequeña pausa antes de atacar la bola.
- Cerebelo: Regula la coordinación y el equilibrio, garantizando que el movimiento del swing sea fluido y preciso; también es crucial para el ajuste fino de la fuerza y el ángulo del golpe. En ocasiones nuestra ansiedad por el control del punto final de la trayectoria de la bola compite con la orden de fluidez del movimiento haciendo que el golpe se frene al intentar controlar un objeto que realmente debe considerarse como encontrado al paso para lograr terminar el swing con fluidez.
3. Memoria muscular y automatización
- Ganglios basales: Una vez que se ha practicado el swing muchas veces, este movimiento se almacena en los ganglios basales, permitiendo que se realice de forma automática y con menos esfuerzo mental. Esto es lo que se conoce como “memoria muscular”.
4. Percepción y atención
- Lóbulo parietal: Involucrado en la percepción espacial, el lóbulo parietal nos ayuda a calcular la distancia y el ángulo del golpe. También permite que tengamos una mejor integración de la información visual para ajustar el golpe.
- Corteza visual (lóbulo occipital): Se encarga de procesar toda la información visual, ayudando a fijar la vista en la bola, evaluar el entorno y visualizar el objetivo final; esta visualización anterior del campo se queda en forma de imagen como una fotografía razón por la cual no necesitamos girar la cabeza siguiendo la trayectoria del palo y aún así logramos acercar la bola a nuestro objetivo visual.
5. Concentración y regulación emocional
- Sistema límbico (amígdala e hipocampo): La amígdala regula las emociones como la frustración o la ansiedad, que pueden surgir durante el juego. El hipocampo, por su parte, participa en la memoria a corto plazo, recordando las características del campo y experiencias pasadas que influyen en la toma de decisiones. Estas experiencias pasadas guardadas en el cerebro desde la emoción, son las encargadas de la seguridad o el miedo con las que superamos obstáculos como lagos, bunkers etc. La última sensación guardada frecuentemente influirá en nuestra presente experiencia generándonos seguridad o ansiedad, por esto es importante recordar nuestros mejores golpes de juegos anteriores antes de iniciar una ronda.
- Corteza cingulada anterior: Se encarga de mantener la atención y la concentración en el juego, evitando distracciones.
6. Recompensa y motivación
- Núcleo accumbens: Parte del sistema de recompensa del cerebro, se activa cuando se logra un buen golpe o se alcanza una meta. Este sistema libera dopamina, generando una sensación de placer y satisfacción que refuerza la motivación para seguir jugando y mejorando.
7. Regulación del estrés
- El golf también puede influir en la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol. La capacidad de mantener la calma y concentrarse en cada golpe reduce la activación de la respuesta de “lucha o huida” y promueve la relajación.
En conjunto, el golf es un deporte que exige una gran integración de las funciones cognitivas y motoras, promoviendo tanto la salud física como el bienestar mental al entrenar habilidades como la concentración, la planificación estratégica y la gestión emocional.