El Poder de la Conexión

Empatía Cerebral

Empatia, afecto, conexiones cerebrales

La empatía cerebral  es un despertar hacia la comprensión de las emociones y necesidades ajenas. Tiene que ver con el proceso evolutivo mediante el cual una persona puede comprender y compartir los sentimientos y estados mentales de otra persona. Este fenómeno involucra ciertos mecanismos neurobiológicos complejos, que aún son tema de estudio.

Como resultado evolutivo de nuestra socialización, hay un mecanismo  orientado a conectar entre nosotros para lograr una convivencia armónica, prepararnos para resolver conflictos, generar reacciones de supervivencia y en general aumentar nuestro bienestar.

Solo hay una pieza que no encaja y es que empatía no siempre va ligada a la acción. Somos capaces de intuir e interpretar las emociones de otros, podemos percibir el sufrimiento, notamos el miedo, entendemos la angustia, sin embargo a veces nos cuesta tomar acciones para ayudar; algunas veces el pensar que somos ajenos, el miedo a ser timados, o simplemente el estar ocupados son situaciones que han desplazado dicha acción.

Conozcamos los mecanismos y regiones cerebrales asociados con la empatía cerebral:

Neuronas Espejo:  Giacomo Rizzolatti, descubrió las células neuronales espejo a finales de los años 90. Se pensó que el ser humano había llegado al eslabón evolutivo que en su momento se conoció como homo empathicus claramente algo falta en las conexiones cerebrales porque seguimos siendo bastante individualistas, no llegamos a utilizarlo con efectividad.

Las Neuronas Espejo son células nerviosas que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otra persona realizando la misma acción. Se cree que estas neuronas desempeñan un papel importante en la comprensión de las intenciones y emociones de los demás, contribuyendo así a la empatía.

La Corteza Cingulada Anterior (CCA): Es una parte del cerebro que se encuentra en la zona central, justo encima del cuerpo calloso. Esta región es conocida por desempeñar un papel importante en varias funciones cognitivas y emocionales. La CCA consta de varias subregiones con funciones específicas. Está conectado con diversas áreas del cerebro, incluyendo la ínsula, el hipotálamo y la amígdala, lo que la vincula con circuitos neuronales implicados en respuestas emocionales y procesamiento de información social. Tiene bastante que ver con la regulación emocional, el proceso que nos ayuda a modular, ajustar o controlar las emociones. Este proceso es fundamental para la adaptación y el bienestar emocional. La regulación emocional comienza con la conciencia de las propias emociones. Reconocer y etiquetar las emociones es esencial para poder gestionarlas de manera efectiva, negar las emociones que consideramos malas genera un estrés innecesario al sistema, reconocerlas, redirigirlas y canalizarlas es sano, ¿qué sería de la supervivencia sin el estrés? ¿Sin el pánico? ¿Sin el miedo? No hay malas ni buenas emociones solo reacciones adecuadas o inadecuadas.

La Finalidad del Cerebro Empático

Ortega y Gasset decía: “sin el otro, sin esa otra persona que no soy yo, el ser humano no podría entenderse, como tampoco entenderíamos el concepto de sociedad”. Agregaba, “Aparece en la sociabilidad como el Otro, alternando con el uno y, a su vez, con el reciprocante”. Esto parece un acertijo o un juego de palabras pero en realidad va más allá de espiritual o filosófico, sin duda es psicológico y lo neurológico.

Las neuronas espejo, conforman nuestra idea de civilización, nos hacen tomar conciencia del otro, a ese a quien observo, a ese a quien imito y a su vez en quien me veo reflejado. El cerebro empático nos permite no solo entender otros puntos de vista sino a anticipar intenciones o necesidades, de algún modo, nos vemos reflejados en los demás, pues el cerebro interpreta al otro a través de las neuronas espejo como una extensión de nosotros mismos.

El hecho de poder introducirnos en las perspectivas de otras personas, de ver el mundo a través de otros ojos, podría considerarse un poder, pues nos permite hacer complejos modelos mentales y desarrollar la intuición,  saber quizás si la persona que tengo en frente tiene malas intenciones, o entrar en sincronías que nos permitan relaciones más afines.

Aprender De Los Que Vienen Descontaminados.

Los movimientos generadores de conciencia ante el amor, la empatía, las causas raciales, la tolerancia, la paz suelen darse convocando adultos. Pretendemos ser modelo y enseñar más con discurso que con ejemplo valores y habilidades blandas a los jóvenes y niños, pero, ¿nos detenemos a observarlos?, ¿tenemos la suficiente humildad para reconocer que son empáticos por naturaleza?, ¿que se preocupan por los demás?, ¿que están dispuestos a ayudar de manera natural?.  ¿Quizás la sociedad y el espíritu competitivo de los padres transforman la empatía en rivalidad?  Nuestras exigencias escolares, deportivas y sociales los hacen entrar en luchas interiores entre lo que traen instalado como hardware natural y un software instalado que por estrés los transforma y los hace ser incluso crueles con sus compañeros.

Seguramente si nos detenemos, si bajamos el ritmo frenético que llevamos y escuchamos con los ojos como le decía la niña al padre que miraba el celular mientras ella le narraba sus historias. Si nos volvemos un poco aprendices y dejamos de  creernos absolutos maestros, podremos aprender mucho de los niños tal y como yo lo he hecho esta semana con mi buen amigo Juan Boluda, un chico de 11 años que me dio una gran lección de Golf, empatía y solidaridad a quien dedico esta entrada con gratitud por haberme abierto los ojos para ver más allá a través de su grandeza.

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